El verbo
Los verbos son palabras que expresan acciones. Por ejemplo: la palabra jugué expresa una acción: es un verbo. Además, los verbos sitúan las acciones en el tiempo. El verbo jugué expresa una acción que ocurrió antes de ahora (en el pasado).
Cada verbo tiene diferentes formas verbales. Por ejemplo. Jugué, jugará, ha jugado... son formas del verbo jugar.
Las formas jugó, juega, jugar, jugaría... son simples, porque están formados por una sola palabra. Las formas ha jugado, habría jugado... son compuestas, porque están constituidas por dos palabras: una forma del verbo haber y otra forma del verbo jugar. Las formas compuestas se construyen con el verbo haber.
El conjunto de todas las formas de un verbo es su conjugación.
Raíz y desinencia
La forma que usamos para nombrar al verbo es el infinitivo. Por ejemplo: Cantar es un infinitivo.
Si al infinitivo de un verbo le quitamos la terminación, obtenemos la raíz. Por ejemplo: llam-es es la raíz de cantar. La raíz aporta el significado básico del verbo.
Al añadir diferentes terminaciones a la raíz, obtenemos las distintas formas del verbo. Por ejemplo:
cant + é, cant + abas, llam + aría...
Esas terminaciones que se añaden a la raíz son las desinencias.
Las desinencias aportan la información de número, persona, tiempo, modo... de la persona verbal.
Modelos de conjugación
No todos los verbos tienen las mismas desinencias para las diferentes formas verbales. Las desinencias varían dependiendo que hay tres modelos de conjugación: primera conjugación (verbos con el infinitivo en -ar), segunda conjugación (verbos con el infinitivo en -er), tercera conjugación (verbos con el infinitivo en -ir).
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