Meses después del terremoto, miles de niños y niñas haitianos se despiertan en medio de una cruda realidad: sus hogares y sus escuelas se derrumbaron y aún no se han puesto en pie. Sus ciudades, sus barrios, los lugares donde jugaban y vivían permanecen llenos de escombros de todo tipo. El día a día se presenta lleno de penuria, inseguridad y ausencias.
Miles de niños y niñas han vivido esa situación tras el terremoto en Haití. Reconstruir tantas casas, escuelas, hospitales, supermercados, calles todo tarda mucho tiempo en hacerse. Y mientras tanto, los niños y las niñas que se han quedado huérfanos necesitan educación y alimento. Por eso os animo a que participéis el 19 de noviembre para que juntemos dinero y podemos ayudarles.
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